Los superorganismos son conjuntos de animales que operan de una manera tan estrecha y armónica que, en conjunto, se comportan como si fueran una sola criatura.
La mayoría de los superorganismos los conforman insectos sociales como las abejas, las hormigas o las termes que viven en colonias. Estos insectos sociales, además, son los artrópodos más abundantes de la Tierra: si bien solo representan el 2% de las 900.000 especies de insectos que se conocen, es probable que constituyan más del 50 % de la biomasa.
Tal y como lo explica el célebre entomólogo Edward O. Wilson en su libro Superorganismo:
En una zona de la pluviselva amazónica cercana a Manaos en la que se efectuó una medición concreta se determinó que los insectos sociales constituían el 80 % de la biomasa animal total de esa muestra y la masa de hormigas cuadriplicaba la de los mamíferos, las aves, los reptiles y los anfibios en conjunto. Los insectos sociales predominan en todos los niveles de todos los bosques del mundo excepto en los más fríos y húmedos. En una muestra tomada de la cubierta arbórea de la pluviselva peruana las hormigas constituían el 69 % de todos los insectos.Hay tal cantidad de hormigas, de hecho, que si comparamos la biomasa de los seres humanos (unos 6.600 millones de personas) y la biomasa de las hormigas (entre 1.000 y 10.000 billones de individuos), teniendo en cuenta que cada ser humano pesa de promedio uno o dos millones de veces más que una hormiga: hormigas y seres humanos tienen la misma biomasa.
Rasgos de un superorganismo
Según William Morton Wheeler, autor del ensayo clásico de 1911 The ant-colony as an organism, una colonia tiene los siguientes rasgos característicos de un organismo:
- Se comporta como una unidad.
- Exhibe caracteres propios en su comportamiento, tamaño y estructura.
- Experimenta un ciclo de crecimiento y reproducción claramente adaptativo.
- Se diferencia en dos categorías: el germoplasma (reinas y machos) y el soma (obreras).
Vemos así que la colonia o sociedad de insectos puede considerarse un súper-organismo y, por ende, una totalidad viviente consagrada a preservar su cambiante equilibrio y su integridad.